El TDA o TDA/H (Trastorno por Déficit de Atención/con Hiperactividad) ha estado en boca de padres, educadores, especialistas y medios de comunicación en los últimos años. Se ha debatido mucho acerca de las verdaderas causas de este problema, así como de si es realmente un problema real, sobre todo, en niños y adolescentes, o si simplemente está sobrediagnosticado. Frente a estos y otros interrogantes la revista especializada en este trastorno Addtitude, han elaborado una lista para desacreditar los mitos más comunes sobre el déficit de atención. Aunque no estamos del todo de acuerdo con algunas de las respuestas, las presentamos a continuación y plantamos nuestras dudas.
1.El TDA no es un trastorno real.
El TDA es un trastorno médico. Ha sido reconocido por las principales instituciones médicas como la Sociedad Americana de Psiquiatría o el Instituto Nacional de Salud, así como el Departamento de Educación.
Asimismo, se ha descubierto que el déficit de atención con hiperactividad TDAH tiene una base biológica. Un desequilibrio en ciertos neurotransmisores del cerebro estaría detrás de los síntomas de este trastorno.
Ahora bien, el plantearlo de esta manera puede llegar a hacernos incurrir en el error de que es sólo un problema orgánico, cuando los síntomas son fundamentalmente psicológicos –conductuales, cognitivos y afectivos- y requieren principalmente de una psicoterapia y de la ayuda de la medicación, no en todas las circunstancias, siempre como un complemento de la psicoterapia.
2.Los niños que reciben un tratamiento especial en la escuela debido a su TDA, están recibiendo una ventaja injustificada con respecto a sus pares.
Todos los individuos con algún grado de discapacidad tienen derecho a recibir ayuda. Así es como los centros educativos, dentro de sus posibilidades, están obligados a dar asistencia de modo que sus aptitudes queden equiparadas con el resto de los alumnos. Esto puede incluir la realización de ejercicios ideados para este colectivo o, simplemente, el dejar tiempo extra para terminar las tareas o exámenes.
3.Todos los niños con TDA terminan superando el trastorno cuando alcanzan la adultez.
Según esta publicación, más del 70 por ciento de los niños arrastra el déficit en la adolescencia y cerca del 50 por ciento lo continúa padeciendo en la edad adulta.
Esto, según nuestro criterio, dependerá de lo que se considere TDA en una persona adulta. Es importante realizar un buen diagnóstico diferencial para no confundir trastornos, circunstancias de vida y tendencias culturales. Esto último, refiriéndonos a la popular idea de que somos capaces de realizar múltiples tareas a la vez.
4.El TDA afecta sólo a niños.
Las diferencias de género en cuanto a esta afección son poco apreciables. La investigación indica que las niñas son igual de vulnerables que los niños. Aunque, cabe señalar que, a raíz de este mito son los niños los que son llevados a consulta con mayor frecuencia y, en consecuencia, suelen ser diagnosticados con más asiduidad.
Aún así, existen estudios que apuntan a una mayor prevalencia entre los niños.
5.El TDA es el resultado de una mala crianza por parte de los padres.
La hiperactividad que pueda presentar un niño cuando se levanta infinidad de veces de su asiento y se mueve constantemente, poco tiene que ver con la enseñanza que haya recibido en casa. Como mencionamos anteriormente, existen unas condiciones de base biológica y, en algunos casos, hereditarias para que el trastorno aflore.
Como padres podemos hacer mucho para ayudar a nuestros hijos, de la guía de un psicólogo infantil, por ejemplo.
6.Los niños que consumen medicamentos para tratar este trastorno, son más propensos a consumir drogas en la adolescencia.
Por el contrario, un trastorno de este tipo no tratado a tiempo puede hacer que el adolescente se plantee tomar ciertas drogas o alcohol para enmascarar sus síntomas.
Es importante notar que los medicamentos no curan, pero inhiben ciertos síntomas limitantes para niños y adolescentes.
Aclaramos que el uso de estimulantes y antidepresivos en niños está bastante extendido en los Estados Unidos. En Europa, por el contrario, se suele trabajar más con ejercicios cognitivo-conductuales en la escuela, la consulta y el hogar.
7.Las personas con TDA no son inteligentes o, cuanto menos, son perezosas.
De hecho, algunos estudios muestran lo contrario, las persona con TDA exhiben una inteligencia superior a la media. Y, desde luego, no son vagas ni perezosas. Entre algunos personajes de la historia que se supone padecían TDA, se encuentran: Mozart, Benjamin Franklin y Salvador Dalí. Ejemplos más recientes incluyen a los exitosos empresarios David Neeleman, fundador de JetBlue y Paul Orfalea de Kinko’s.
En España y Latinoamérica, son muchos los artistas, empresarios y deportistas que aseguran tener TDA/A, no sabemos a ciencia cierta cuál de ellos lo padece y quién se está escudando en este trastorno para enmascarar su falta de paciencia.
AK
Psicología Infantil
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