Trastornos alimentarios en la niñez y adolescencia
Estos trastornos son comunes por lo que muchas personas creen que ya han alcanzado niveles epidémicos. Estudios estimativos indican que aproximadamente un 5% de mujeres y un 1% de hombres padecen un trastorno alimentario, como anorexia o bulimia nerviosa. Como sea que la mayoría de estos trastornos empiezan en la adolescencia (el 76% entre los 11-20 años y el 10% en niños menores de los 10 años de edad), los padres y pediatras deberían estar al corriente sobre cómo reconocer, prevenir y tratar a los niños con este trastorno.
Pueden originar problemas médicos graves y difíciles de tratar (malnutrición, deshidratación, así como daños en riñón, corazón e hígado) y problemas psicológicos (depresión, pobre autoestima y ansiedad), por lo que cuanto antes se reconozcan mejor será el tratamiento y su resolución.
Los síntomas podrían ser los siguientes:
-Estar por debajo del peso, perder peso o no ganarlo normalmente. Tenga presente que incluso los niños que parecen tener un peso saludable pueden sufrir un trastorno alimentario dependiendo de las acciones que toman para mantener su peso.
-Miedo desproporcionado a ganar peso, especialmente si el niño está por debajo del suyo normal.
-Imagen distorsionada de su cuerpo, en el sentido de que piensen realmente que tienen sobrepeso, aunque la realidad no sea así o incluso esté por debajo de su peso saludable.
-Las jovencitas que hayan iniciado su periodo, pueden sufrir amenorrea o ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos.
-Episodios de ingesta excesiva de comida.
-Tratar de evitar ganar peso mediante el vómito, toma de laxantes, diuréticos, enemas u otros medicamentos, ayunos o excesivo ejercicio.
-Desarrollar rituales en torno a la comida, negarse a comer cierto tipo de alimentos, saltarse comidas, llevar prendas holgadas para esconder la pérdida de peso.
-Pérdida de cabello y dientes, fluctuaciones de peso apreciables, predisposición a los resfriados, excesivo vello facial, aumento de las glándulas salivares, rotura de vasos sanguíneos de los ojos, cambios de humor, comportamientos evitativos.
-Además de tener en cuenta que los adolescentes con anorexia tienen por lo general una personalidad perfeccionista y se imponen unas cotas muy altas en el rendimiento escolar.
-Para sorpresa de padres y doctores, existen organizaciones y páginas web que estimulan dichos trastornos en los adolescentes. Si vislumbra algunas de estas señales de alerta en sus hijos, debería tratar de obtener información con estas preguntas:
¿tienes miedo al sobrepeso?
¿aunque estés saciado, sientes que no eres capaz de parar de ingerir alimentos?
¿te sientes culpable después de comer?
¿vomitas o sientes el impulso de hacerlo después de las comidas?
¿crees que la comida controla tu vida?
¿cuánto crees que deberías pesar?
¿cuál ha sido tu máximo o menor peso hasta ahora?, ¿cuánto medias entonces?
¿haces ejercicio físico?, ¿con qué frecuencia?, ¿intensidad? ¿cuál es tu nivel de estrés si pierdes una sesión?
La respuesta de sus hijos a estas preguntas podría ayudar a descubrir si su hijo tiene alguno de los síntomas clásicos de anorexia o bulimia. También podría preguntar si alguno de los amigos de sus hijos tiene un trastorno alimentario. No ignore los signos de alerta, tenga presente que el 10% de los niños con este trastorno empiezan antes de los 10 años. Incluso en las edades de 8 ó 9 años si están preocupados por engordar o hablan a menudo de dietas.
Si sospecha un trastorno alimentario, es importante que solicite una evaluación más extensa. Podría ser tanto médica (pediatra) como psicológica (psiquiatra o psicólogo).
Imagen Jesandri